Asumiendo la dificultad del asunto, vamos a intentar hacer comprensible la realidad forestal de nuestro territorio, desgranando algunos elementos que habitualmente desconocemos o normalizamos, sin reparar en la relación que tienen con temas que nos afectan profundamente. No se trata de opiniones, son datos y/o hechos objetivos y probados mediante la utilización del método científico. Al final os reseñamos varios enlaces, para quienes queráis profundizar un poco más.
Una cuestión previa a tener en cuenta sobre los bosques
Si dejamos de intervenir en una parcela, en un pedazo de tierra, y permitimos que ésta evolucione espontáneamente, ¿qué ocurriría? Imaginemos que partimos de una pradera gestionada durante décadas por una familia ganadera. Este año 2020, la pareja ha llegado a la edad de jubilación y le ocurre algo habitual en nuestros días: sus hij@s no quieren seguir con la actividad y tampoco hay vecin@s u otras personas que tengan interés en hacerlo. Como resultado, se interrumpe la gestión que se hacía y la parcela empieza a cambiar. El primer año, se verá un poco desmadejada, con la presencia de plantas secas entre la hierba verde; posteriormente empezarán a aparecer zarzas y algunos arbolillos de especies pioneras (sagatxa-sauce, urkia-abedul, por ejemplo) y/o especies secundarias (lizarra-fresno) y quizás de especies maduras (aretza-roble); un poco más tarde, la parcela estará totalmente ocupada por una densa capa de zarzas que puede llegar hasta los 2-3 metros de altura, de la que sobresalen las puntas de jóvenes árboles de diferentes especies; el siguiente paso está marcado por la apertura de las copas de los árboles, que empiezan a sombrear las zarzas, de forma que éstas pierden el protagonismo que tenían en la parcela: van perdiendo vigor y altura; en pasos siguientes va aumentando la edad, el grosor, la amplitud de copa de los árboles que permanecen, así como la distancia de separación entre ellos; los árboles que no permanecen vivos se incorporan al sistema como madera muerta en pie o madera muerta tumbada.
Es decir, la evolución de la Naturaleza en el 99% de las tierras de Bizkaia lleva a los bosques: bosques de frondosas, principalmente, caducifolias en su mayoría, aunque también tenemos formaciones dominadas por las perennifolias, como son los artadis (encinares). Los bosques son los ecosistemas en los que dominan los árboles. El ecosistema es el conjunto formado por el medio natural junto con toda la comunidad de organismos que lo habitan.
Así que, en ese 99% de nuestras tierras, podemos decir que los bosques son la expresión “final” del desarrollo espontáneo de la Naturaleza, su máxima expresión: en ellos los suelos adquieren su mayor desarrollo; la biodiversidad alcanza las cotas más altas, el ciclo del agua, su mayor eficiencia…
Los bosques y la salud
Diferentes estudios científicos, avalan, que estar en contacto con la Naturaleza, beneficia al bien estar de las personas. Por ejemplo, pasar tan sólo 20 minutos en un bosque hace que disminuya el cortisol (hormona del estrés) y se regulen la presión arterial y la frecuencia cardíaca.
La actividad no, exige gran dinamismo: tan sólo con sentarse o pasear tranquilamente, a partir de los 10 minutos, comenzará a bajar dicho nivel de cortisol. Y si frecuentamos un espacio natural, con estancias de 20 a 30 minutos, al menos tres veces por semana, empiezan a notarse beneficios estables en nuestra salud. En concreto, en relación con la salud mental, el impacto, es claro, ya que mejora el funcionamiento cognitivo (memoria y atención). Otros estudios, indican, que, en el caso de niños y niñas, un contacto importante con la Naturaleza durante sus primeros años de vida, favorece su imaginación, su creatividad y su aprendizaje.
Tras vivir un periodo de confinamiento como el reciente, cada vez más personas, hemos tomado conciencia de lo valioso que es dar un paseo por el bosque. Durante este episodio, hemos comenzado a mirar con otros ojos esas manchitas de bosque autóctono ubicadas en nuestro entorno inmediato.
¿Dónde podemos encontrar estos bosques autóctonos?
Realmente es complicado dar con ellos en Bizkaia. Es una pena y ojalá que consigamos cambiar esta realidad. En Navarra, Cantabria o Asturias, sin irnos demasiado lejos, hay buenas muestras del aresti o robledal. Este tipo de bosque es el que mayor representación tendría de forma natural en Bizkaia y, sin embargo, hoy por hoy, se reduce a hileras de árboles entre parcelas o a masas de reducido tamaño y de corta edad. Además, estas formaciones están muy alteradas por la presencia de especies exóticas invasoras, entre las que destaca la Robinia Falsa Acacia (Robinia pseudoacacia).
Por otra parte, incluso fuera de Bizkaia, es muy difícil encontrar bosques que evolucionen libremente, bosques en los que podamos aprender la tendencia espontánea de los mismos. Podemos citar la joya del Cantábrico: la Reserva Integral de Muniellos, en Cangas de Narcea, Asturias, que lleva varias décadas de historia sin intervenciones humanas. El resto de masas que podemos encontrar en el ámbito de la Península Ibérica son, mayormente, masas muy manejadas o masas jóvenes. Incluso la, tantas veces mentada, Selva de Irati es una masa forestal gestionada para la extracción de madera. Nos sirve eso sí como ejemplo de que hay formas de producir diferentes de los monocultivos de especies exóticas.
¿Cómo ha evolucionado el aprovechamiento de los arboles?
El uso y manejo de nuestros montes, ha ido cambiando a lo largo de los siglos. Los monocultivos no son algo nuevo. Urkiola por ejemplo debe su nombre los abedules (urki), que plantaron los monjes que habitaban el monasterio allí ubicado. La vegetación potencial de ese espacio concreto de Urkiola estaría a caballo entre el robledal (aresti) y el hayedo (pagodi).
El principal retroceso de nuestros bosques se produjo en la segunda mitad del siglo XIX, para abastecer la industria del hierro, la naval y la construcción. Posteriormente, tras la Guerra Civil, y de forma tardía en el marco europeo, se desarrolló la industrialización, que provocó una migración masiva de hubo migración los caseríos a las ciudades. Las familias se orientaron al trabajo en las fábricas, de forma que miles de hectáreas ocupadas hasta entonces por las tierras de cultivo y los pastos quedaron libres y fueron progresivamente ocupadas por los cultivos de pino de Monterrey, California (Pinus radiata). Su rápido crecimiento en esta primera generación y los altos precios de mercado permitieron una rentabilidad muy ventajosa, que hizo que se le bautizara como “el oro verde”.
Sin embargo, a medio plazo hemos comprendido que estos monocultivos, a diferencia de los bosques de hoja caduca, que en otoño contribuyen al enriquecimiento del suelo al aportar toneladas de hojas por hectárea, extraen la materia orgánica del suelo pero aportan poco y de baja calidad. Por esta razón, poco a poco, han ido retrocediendo la potencia y la fertilidad de los suelos, de forma que la nutrición e hidratación de los pinos cultivados se ha ido alterando. Esto explica las crisis de salud sucesivas causadas por la procesionaria y por distintos hongos, de las que, sin duda, la principal es la crisis provocada desde 2018 por la “Banda Marrón”.
Además de ser una especie foránea importada de una región de clima mediterráneo, debemos tener en cuenta la forma de gestión asociada al Pino de Monterrey. Esta se basa en la creación de masas homogéneas de dicha especie, de individuos de la misma edad, en las que se elimina el sotobosque y que, tras la realización de claras y podas de calidad, se cosechan mediante una “tala a hecho”, es decir, una tala total. En estas tareas, además, debemos tener en cuenta que es habitual la apertura de pistas y la cosecha y preparación del terreno con maquinaria pesada.
Y recordemos: tenemos un territorio marcado por las altas pendientes y por capítulos de fuertes lluvias. Todo esto hace que cuando veamos nuestros ríos, marrones, bajar hacia el mar nos preocupemos: en efecto, disueltas en el agua se van las partículas de la capa superficial de nuestros suelos, la que está implicada en la fertilidad de los mismos. Sólo un dato más: estos suelos pardos fueron formados durante miles de años por el aporte periódico de esa hojarasca de los bosques caducifolios. Su destrucción puede ser un proceso muy rápido pero no lo será su recuperación.
Cuál es la situación actual en Bizkaia
Para describir la realidad forestal de Bizkaia vamos a ponerle cifras, según el Inventario Forestal del 2019, hay 130.452 hectáreas de superficie forestal arbolada, que supone el 58,9% de la superficie total del territorio. El 23,8% de la misma es de propiedad pública.
Un primer dato que destacamos a partir de estas cifras: casi un 24 % de la tierra forestal es de titularidad pública. Pues bien en torno al 70% de estas 31.000 hectáreas (de terrenos municipales y terrenos patrimoniales de la Diputación) están actualmente ocupados por monocultivos de pinos y eucaliptos, a pesar de que la Norma Foral dice, en relación con los Montes de Utilidad Pública, que serán repoblados preferentemente con especies autóctonas.
Una pregunta nos surge a partir de esto: en una dinámica de precios a la baja y de dominancia apabullante de esta forma de producir madera de forma intensiva y alejada de la Naturaleza, ¿de verdad hace falta que las administraciones públicas pongan más madera encima de la mesa? ¿Debe lo público fomentar y apoyar (mediante las ayudas forestales) una forma de producir que tiene daños profundos en los suelos, en la biodiversidad, en el ciclo del agua y en el clima? ¿No debería lo público fomentar la innovación y la diversificación de la producción forestal hacia formas cercanas a la Naturaleza, que se demuestran rentables en otros territorios?
El Cambio Climático, la extinción de especies y el empobrecimiento de nuestros suelos forestales son problemas muy serios; y plantar vástagos del árbol de Gernika desde Kenia hasta Auschwitz no los va a solucionar.
Por otra parte, después de una vivencia como ha sido el confinamiento por el COVID 19, debemos gritar alto y claro que:
– Nuestra biodiversidad, nuestras condiciones topográficas y la situación de parte de nuestros suelos así como la situación de nuestra biodiversidad, demandan una Red de Bosques de Conservación diseñada con sentido a lo largo de nuestro territorio.
– Existen masas boscosas basadas en las especies autóctonas que producen madera de calidad evitando las talas totales y que, a la par, también permiten la recuperación y/o desarrollo de los elementos anteriormente descritos (suelos, biodiversidad y clima), además del disfrute por parte de las personas. Se trata de los Bosques Productores Cercanos a la Naturaleza.
Lo anterior es el resumen de la propuesta Kolore Guztietako Basoak, planteada hace más de 3 años y que cuenta con la adhesión de más de 180 elkartes, asociaciones profesionales (como la asociación de guardas o el Colegio Oficial de Biólogos), departamentos de la EHU-UPV, así como profesores de varias universidades y personalidades de la cultura.
Este documento propone la reorientación hacia este tipo de bosques de los terrenos públicos, así como la elaboración de una nueva línea de ayudas que favorezca el impulso de los mismos por parte de personas propietarias de terrenos forestales.
Cuando las personas se acercan a esta alternativa, plasmada en varias parcelas modelo, se ilusionan con ella. Desgraciadamente, en cuestiones forestales, los tiempos son muy largos y las inercias muy fuertes. Por esta razón, es muy importante abrir y fomentar un debate social en el que participe el mayor número de personas.
GUEÑES BIZIA
Videos:
Landaketetatik basoetara – De plantaciones a bosques:
El árbol de Gernika olvidado entre pinos y eucaliptos:
Bibliografía:
https://koloreguztietakobasoak.files.wordpress.com/2017/10/kolore-guztietako-basoak-castellano.pdf
https://koloreguztietakobasoak.files.wordpress.com/2017/10/kolore-guztietako-basoak-euskara.pdf
https://www.lavanguardia.com/natural/tu-huella/20190408/461521536728/contacto-naturaleza-20-minutos-reducir-niveles-estres-estudio-cientifico.html
https://www.nationalgeographic.com.es/ciencia/mas-naturaleza-menos-locos-naturaleza-mejora-salud-mental_14557
https://www.euskadi.eus/mapa-forestal-cae-2019/web01-a3estbin/es/
http://www.cinirati.es/informacion-sobre-la-selva-de-irati-en-el-valle-de-salazar/presentacion/tierra-de-maderistas-y-pastores.html
http://www.euskonews.eus/0332zbk/gaia33203es.html
https://theconversation.com › es-una-buena-idea-plantar-3-000-millones-de…
. https://guenesbizia.org/glefaran-despilfarra/
. https://guenesbizia.org/particulas-contaminantes-glefaran/
Goded, S. y otros autores (2019) “Effects of eucalyptus plantations on avian and herb species richness and composition in North-West Spain. Global Ecology and Conservation, 19: e00690
Ainz Ibarrondo, MJ. (2008) “El monocultivo de pino radiata en el País Vasco: origen y claves de permanencia de un Sistema de explotación contrario al desarrollo sostenible”. Estudios Geográficos, LXIX, 265, pp 335-356, julio-diciembre 2008. eISSN: 1988-8546
P.D.
● Si tienes alguna duda o si quieres unirte a esta causa, escríbenos a guenesbizia@hotmail.com y te contestaremos a la mayor brevedad posible.
● Si quieres recibir nuestras notificaciones por Whatsapp, envía GB info al 688 817 532
Eskerrik asko!